La Junta de Andalucía fracasa con un pobre Plan Forestal Andaluz que, además, incumple.
“Nuestros bosques son una oportunidad de riqueza y bienestar social en el mundo rural si se gestionan bien y se invierte en ellos” según nuestra parlamentaria andaluza, Carmen Molina, “y sólo con el Plan del Corcho, guardado en un cajón, se generarían 129.000 jornales”.
Tras la cuarta revisión del actual Plan Forestal Andaluz, ha quedado en evidencia que la Junta de Andalucía está lejos de haber cumplido los objetivos previstos, pese a presentar un balance triunfalista, y las zonas forestales de Andalucía no se recuperan. Frente a un compromiso de repoblación anual de 31.600 hectáreas, en años como 2011 sólo se repoblaron 233 hectáreas, un escuálido 0,7% de lo previsto. Tampoco en materia de inversiones o de empleo se han cumplido con el Plan. Tan sólo en el primer decenio el déficit inversor fue de 464 millones de euros.
Por su parte, la también coportavoz, Carmen Molina, declara que “Lejos de impulsar una economía forestal, la Consejería de Medio Ambiente está retrasando la aprobación de importantes planes para el desarrollo rural de Andalucía vinculados con la gestión forestal sostenible como el Plan Estratégico del Corcho, un plan que estaba previsto que se aprobara en otoño 2015 y que aún no ha visto la luz. Con este plan se preveía la generación de 129.000 jornales, y se conjugaba la regeneración y mejora del monte alcornocal, que representa en Andalucía un 48,6% del existente en España, con la promoción de la industria corchera local.”
Así, denunciamos también que se retrasa la aprobación de una la Ley Andaluza de Cambio Climático que apoye la importancia de los bosques y territorios forestales andaluces por los servicios que nos ofrecen, tanto como sumideros que contribuyen a reducir emisiones a la atmósfera como evitando la erosión de nuestros suelos, y generando empleo sostenible.
Desarrollar las zonas foretales de Andalucía es apoyar un desarrollo adecuado para las poblaciones de nuestro territorio andaluz.