Para EQUO las informaciones aparecidas sobre la afiliación del presidente del Tribunal Constitucional Francisco Pérez de los Cobos al Partido Popular, hacen imposible su continuidad al frente de esta institución.
“La ley no deja lugar a dudas, tanto la Ley Orgánica del Poder Judicial, como la propia Constitución” ha afirmado la coportavoz federal de EQUO, Reyes Montiel quien ha añadido que es “incomprensible e inaceptable” que el presidente del Tribunal Constitucional, no cumpla la propia Constitución.
Montiel ha afirmado que “espera que esta renuncia se produzca en breve, pues no hay otra opción” además ha afirmado que esta noticia vuelve a dejar claro que “es necesario un cambio profundo en las Instituciones democráticas españolas, la Justicia entre ellas”.
“La profunda crisis democrática, económica y política que atravesamos tiene que llevarnos a la dimisión del gobierno y el inicio de un proceso constituyente que nos lleve a una democracia distinta más abierta, transparente y en la que la justicia sea realmente independiente” ha afirmado Montiel.
El partido político EQUO también se ha referido a la actitud del presidente del gobierno, Mariano Rajoy, que sigue negándose a comparecer y dar explicaciones a pesar de la gravedad de las noticias y la sospechas que se ciernen sobre él y su partido. En este sentido, Montiel ha afirmado “que cada día que pasa este gobierno está más acabado y se hace más urgente su dimisión en bloque”.
- EQUO denuncia que el borrador de decreto del gobierno mata al autoconsumo eléctrico
- EQUO rechaza la reforma local presentada por el gobierno y advierte que perjudicará la calidad de los servicios públicos
- EQUO afirma que la comparecencia de Rajoy no aclara las sospechas de financiación ilegal del PP y reclama la dimisión del gobierno
- EQUO Andalucía denuncia que el reparto del déficit supone nuevos recortes y pide a la Junta que se oponga
- EQUO Andalucía encuentra mas razones para que se desista en la búsqueda de gas en Mar de Alborán
- Para EQUO Málaga las prospecciones en Mar de Alborán son una mala apuesta de futuro